Typhoon: Y El Genio Reivindicó Su Derecho A Hacer Auténticos Bodrios

Buscando entre mis viejos recuerdos
Encontré una antigua lámpara de aceite
Que sucia y polvorienta se hallaba
La froté pensando que de allí dentro saldría
Un genio que tres deseos me concedería
Más por mucho que rotaba nada ocurría

Tras desvanecerse esa tonta ilusión
La dejé bien pulida y limpia
Para que decorara junto a mis cuarzos
Una estantería llena de niñerías

No podía parar de observar el candil
Que en verdad os digo que encandilado me tenía
Sin saber porqué cogí dos cuarzos blancos
Y los froté con fuerza uno contra el otro
Y una extraña luz y un denso olor a azufre
Despejó mi cabeza que dormida permanecía

Fue entonces cuando brotó el genio
Que salió de la lámpara enfadado
Preguntando quién había provocado
Aquél insoportable olor de azufre

Tras hacer las obligadas presentaciones
Logré calmar al recién llegado genio
Y me dijo que ya no concedía más deseos
Pues hacía tiempo que se negaba en rotundo a ello
Ya que una mala experiencia con un pueblo ingrato
Le llevó a rendir culto a su propio mal genio

Tras insistir durante largas horas
Que me explicara dicha experiencia
Fui capaz de idea hacerle cambiar
Y al fin, a regañadientes, claudicó

Antes salía cuando frotaban el candil
Pero un humano avaro lo logró esclavizar
Y se convirtió en genio a la carta particular
Una noche la lámpara al avaro fue robada
Y quien lo conjuró no supo formular bien su deseo
El genio erró en el encargo y entonces fue despreciado

Como protesta al haber sido tan maltratado
A partir de entonces y para que le dejaran en paz
Decidió burlarse a aquellos a quienes servía
Revindicando su derecho a conceder deseos-chapuza

Desde aquél día no concedió ninguno más
Y quien algo deseó, deseó no haberlo deseado
El genio reivindicó el derecho a conceder
Auténticos bodrios a quien la avaricia le podía

El genio reivindicó el derecho a conceder
Auténticos bodrios a quien la avaricia le podía

Typhoon: El Terrateniente Que Era Constantemente Acosado Para Que Tomara Una Decision

Durante la época de la caza de brujas
Existió un señor terrateniente
Que tenía muchas tierras y parcelas
Y se le conocía por ser benevolente

Siempre que existía un problema
Le gustaba sopesar los pros y los contras
Con ánimo de tomar acertadamente
Una solución que a todos contentara

Ello le supuso numerosos conflictos
Con quien sólo sabía barrer para casa
Pero si ésto sucedía su integridad
Hacía valer y no dudaba en aplicar castigos

Por ello era de todo el mundo sabido
Que no convenía discutir sus sentencias
Pues una vez ya habían sido dictaminadas
Eran totalmente irrevocables

Un día sin previo aviso se presentó un mensajero
Con un más que curioso reto que no quiso aceptar
El reto consistía en una simple elección
Pues quien se lo enviaba quería usurpar sus parcelas
El señor debía escoger entre casarse a la fuerza
Con su hija, a la que supuestamente deshonró
O enfrentarse a él en lid en un público torneo
Y defender las tierras que el ofendido impostor reclamaba

El terrateniente respondió al momento al mensajero
Si el emisor quería saber cuál era su elección
Tenía que desplazarse hasta su hogar, su territorio
Para conocer de viva palabra qué futuro les depararía
Cuando sus allegados le preguntaban porqué así lo quería
La respuesta siempre era clara y contundente
“Quien lanza un reto así teme y oculta algo”
Y aceptar el reto suponía abandonar la ecuanimidad

El duelista retador se vio descubierto
Y no se atrevió a responderle
Pues detrás de semejante falsa ofensa
Se escondía una mentira aún mayor

Durante los meses que siguieron a ese día
El terrateniente recibió incontables visitas
Que le ofrecían siempre distintas opciones
Y siempre todas eran ipso-facto rechazadas

Y cada vez que el retador sufría una derrota
Enviaba un nuevo emisario con un nuevo reto
Y siempre la respuesta era la misma
Debía ser él quien lanzase el reto en persona

Pasaron los años y un día ante él se personó
Un oscuro personaje encapuchado y cabizbajo
Cuando descubrió faz la sorpresa fue suprema
Pues acababa de conocer a su hermano gemelo

El retador duelista se dio finalmente por vencido
Y reconoció en su opuesto un dignísimo rival
Al cual ofreció sin condiciones su sincera amistad
Y el terrateniente aceptó dando la lid por zanjada

Typhoon: La Mansión Del Duende Tenia Hombre Encerrado

Hace muchos, muchos años, en mi época de viajero errante
Visité un país que ya no existe, muy, muy lejos de aquí
La gente era pequeña, muy amable y alegres anfitriones
Y fueras donde fueras, siempre había cobijo para el viajero

De la noche a la mañana, las cosas cambiaron
Y un malvado duende se hizo con el poder

La gente se volvió desconfiada y por cualquier cosa peleaban
Difícilmente se saludaban y el viajero en la calle dormía
El duende se hallaba extraordinariamente feliz y contento
Porque su pueblo no dejaba de pelear entre sí

Se construyó en la montaña más alta
Una enorme y tenebrosa mansión

Nadie se atrevía a subir, estaban aterrados
Solo un desconocido valiente le hizo frente
Y sin darse cuenta se quedó encerrado
En una oscura trampa que lo dejó helado
El hombre deambulaba por la mansión
Fingiendo ser un temible fantasma
Asustando a todo aquel que era invitado
Por el propio duende que se hallaba asombrado

El hombre le hacía la vida imposible
El duende desconocía que él también duende tenía
Y su poder iba más allá de lo que el otro podía imaginar
Pues supo ocultar muy bien su personalidad
Una noche el duende una gala celebraba
Y el hombre unas cuantas bromas preparó
Humilló al duende primero y después se le apareció
Haciéndole en público jurar que a su pueblo iba a liberar

El duende reunió a su gente y les devolvió el poder
Restaurando de esta manera la sonrisa en sus vidas
Tras ser desterrado un nuevo jefe designaron
Y con alegría anunciaron al desconocido liberador

De la noche a la mañana las cosas cambiaron
Ahora de nuevo hay cobijo para viajeros como yo

Typhoon: La Hermosa Mujer Que Todo El Mundo Creia Que Estaba Obligada A Dar Explicaciones De Lo Que Acontecia En Su Vida

Un día conocí a una bella mujer
Que sin duda era más bella por dentro que por fuera

De tan buena que era
Todo el mundo abusaba de ella
Porque era tan bella como ingenua

Era tan querida como criticada
Siempre le gastaban bromas pesadas
Para reírse de ella a sus espaldas
Y luego preguntarle cómo le iba

Ella sin maldad siempre respondía
Dando pelos y señales acerca de su vida
Para que los demás deformaran la realidad
Sólo para dañarla pasando por encima

Era una persona tan sensible
Que era del todo incomprendida
Y su candidez suscitaba envidia

Nunca la oías levantar la voz
Nunca una palabra más alta que otra
Nunca había proferido un insulto
Todo en ella era pura cortesía

Las malas lenguas sembraban la discordia
Con la intención de verla llorar
Si se sentía herida corría a esconderse
Y así evitar la burla de la bífida intención
Todos se creían estar en el derecho
De ver quién era más cruel con ella

Durante años aguantó la mofa
De estos tontos desalmados que en ella
Sus muchas frustraciones descargaban
Fueron todos ellos pretendientes rechazados

Existe un viejo proverbio que dice
Que de costumbres se hacen leyes
Y era todo un ritual dañar a esta mujer

Que nunca pensaba mal de nadie
Que siempre tapaba las faltas ajenas
Que se desvivía siempre por ayudar
Y nunca pedía nada a cambio

Pero un día algo cambió
Sin dejar de ser buena persona
Levantó la cabeza y plantó cara
A todo aquél que se propasara

Su sensibilidad se vio alterada
Ahora perfectamente captaba
De lejos las malas intenciones

A ellas respondía con auténtica saña
Y multiplicaba por cinco su intensidad
Como Scarlett O’Hara ante Dios prometió
Que no se volvería a dejar pisar

Ella nunca llegó a entender
Porqué todos creían que
Estaba obligada a explicar
Todo lo que en su vida ocurría
Pero cuando mostraba interés
Se encontraba con el camino cortado

Estaba cansada de tanta mentira
De tanta mala leche reprimida
De ser la receptora de la intolerancia ajena
De ver que la inocencia es casi ya un delito

Su opción era simple y clara
Aprendió a luchar con las mismas armas
Rezando cada día un poco por su alma

Se convirtió en una persona
Mística y cerrada, silenciosa
Casi siempre se comunicaba
Por señas y con la mirada

Parca en palabras, pero efectiva
Allá donde ponía el ojo ponía la bala
Donde antes había calidez y afecto
Ahora hay frialdad y distanciamiento

Todos los que antes se reían
Ahora la temen, no es para menos
Si les preguntas, todos dicen lo mismo:

Están arrepentidos por haber tratado
Mal a una persona buena
Pero sobretodo se sienten miserables
Y vacíos porque son ángeles caídos

Ella nunca llegó a entender porqué todos creían que
Estaba obligada a explicar todo lo que en su vida ocurría
Ahora las malas lenguas ignora pues las cuencas de sus ojos están vacías