Conocí a un niño que vivía
Siempre rodeado de amigos
Una sonrisa en la cara
Era su seña de identidad
Difícil era hacerle enfadar
Por encima de todo estaba el bienestar
Era un personaje extravagante
Y admirado, así siempre había sido
La gente a su lado permanecía
Pues con él muy bien se lo pasaba
Era un niño prodigio divertido
Con más de un millón de años luz
La envidia de aquellos hombres aburridos
Se apoderó de su gentil sonrisa
Y no dudaron en poner un alto precio
A la eterna juventud del envidiado
Duros ataques a su alegría
Tuvo que soportar con paciencia
Pero era imposible borrar
Su clara seña de identidad
Aquellos hombres grises y aburridos
No lograron hacerle enfadar
Como mucho lograron arrancar
Alguna esporádica rabieta
Después de haberlo engañado
Durante tantos largos años
Su carácter se endureció
Y ya no toleraba según qué bromas
Dejó atrás aquellas noches de fiesta
En las que amanecía sudando alcohol
Pero seguía siendo un niño divertido
Porque tenía más de un millón de años luz
Cuando la gente le preguntaba
Qué es lo que le pasaba
Él tenía que reconocer que
No tenía la misma chispa de siempre
Pues los hombres aburridos sólo querían
Que el resto del mundo fuera como ellos
Si el niño prodigio reía
Todos a su alrededor reían
Si el niño prodigio lloraba
Todos a su alrededor lloraban
Todos querían volver a ver al niño
Que se divertía con cualquier tontería
Así que todo el mundo a su alrededor
Hizo lo imposible por hacerle reír
Y rezaba un poquito cada día
Porque no le hicieran de veras enfadar
La gente ya se daba por vencida
Cunado otro niño pequeño
Dio por fin con la solución
Que acabó con semejante tedio
Los hombres aburridos huyeron despavoridos
Al ver que la gente estaba con el niño prodigio
Poco a poco recobró la sonrisa
Pues sus enemigos retrocedían
Y acabaron dándole la razón
Abandonando su actitud negativa
Y por cada lágrima derramada cayeron
Siglos de maldiciones a los hombres aburridos
A mí me gustan los cuentos que acaban bien
Y pese a que el niño como antes no confía
Ahora, siendo el que era, puede reír como lo hacía
Pues es el niño con más de un millón de años luz